La parcela se sitúa en suelo no urbanizable a las afueras del municipio. Por expreso deseo de los promotores la vivienda debía tener la Certificación Passivhaus, ser muy funcional, con un programa reducido y con un espacio en el que sus animales de compañía pudieran estar sin posibilidad de que se escapasen.
Además, al estar la parcela en un entorno rural debía adaptarse a la arquitectura tradicional de la zona, por lo que se plantearon diferentes volúmenes a un agua, que en adición conformaban la volumetría de la casa, dejando un patio en el centro que articula cada uno de estos volúmenes.
La vivienda se orienta a sur, para cerrarse al resto de orientaciones. Para la protección solar se plantean unos porches sin techado preparados para que sean cubiertos por vegetación trepadora.
Finalmente los promotores han decidido que la vivienda no posea suministro eléctrico de la red, por lo que poseerá instalación fotovoltaica y baterías de acumulación para que sea una vivienda autosuficiente.
El proyecto obtuvo una subvención dentro del Plan IRTA 2023 de 5000 €.